La confianza según la neurociencia

Las neurociencias de la confianza

¿Qué puede decirnos la neurociencia sobre la confianza en las relaciones humanas ? El cerebro humano , ese órgano asombrosamente poderoso, sigue siendo un misterio en muchos sentidos. La neurociencia nos está ayudando a ver más claramente cómo nos relacionamos con la confianza. Entre otras cosas, dentro de las organizaciones, la calidad de las relaciones humanas depende en gran medida del nivel de confianza. Un estudio realizado en 2020 por Great Place To Work demostró que las empresas con una sólida cultura de la confianza rinden el doble, tienen un 50% menos de rotación de personal, empleados más comprometidos y una mayor satisfacción de los clientes. Aquí explicamos la importancia de la confianza según la neurociencia.

La confianza según la neurociencia: ¿instintiva o racional?

Según la teoría de 1960 del neurobiólogo Paul D. MacLean, nuestro cerebro está representado esquemáticamente por 3 subpartes:

  • el cerebro reptiliano, el más arcaico de la evolución humana, el primero en desarrollarse en el feto y, sobre todo, el inherente a nuestros instintos primarios (alimentarse, protegerse y reproducirse);
  • el cerebro límbico, sede de nuestro sistema nervioso, encargado de nuestras emociones y juicios, así como de nuestro aprendizaje;
  • el neocórtex, nuestro cerebro racional, responsable de nuestras decisiones conscientes, así como de nuestra capacidad de análisis, visualización y creación.

Aunque cada parte tiene su propia razón de ser y funciones distintas, lo cierto es que nuestros 3 cerebros funcionan extraordinariamente bien juntos.

Confianza por instinto

Como seres sociales, hace tiempo que comprendemos el poder del grupo. La unión nos asegura la supervivencia frente al peligro (cerebro reptiliano). La confianza es un sentimiento inducido por el cerebro límbico en el contexto de las relaciones humanas. Provoca la producción de oxitocina, un neurotransmisor conocido como la hormona del vínculo. El sistema nervioso distribuye esta hormona por todo el cuerpo. Desde las primeras horas de nuestra vida, la confianza natural intrínseca al vínculo afectivo entre madre e hijo desencadena la producción de leche materna. Este proceso, llevado a cabo por nuestros 2 cerebros más antiguos, limita sin embargo nuestra capacidad para establecer vínculos afectivos.

Confianza racionalizada

Nuestro instinto es proteger a nuestro círculo cercano de amigos y familiares. La buena noticia es que el neocórtex también interviene analizando nuestro entorno a través de nuestros sentidos, según su propia percepción. Entonces puede intentar ampliar el círculo, consciente de que cuantos más aliados tengamos, más seguros estaremos de sobrevivir.

En el contexto profesional, ampliar el círculo de personas en las que confiamos nos brinda la oportunidad de optimizar nuestra capacidad para alcanzar nuestros objetivos y, por tanto, nuestro rendimiento. Por el contrario, el miedo a ser rechazado por el grupo está provocado por el instinto primario de supervivencia inscrito en nuestra memoria ancestral. Tenemos todas las de ganar con la cooperación. Establecer una relación de confianza es, por tanto, un esfuerzo que se apoya en nuestra capacidad de empatía. El principio de las neuronas espejo nos permite percibir las emociones de los demás y desarrollar una congruencia entre nuestro comportamiento verbal y paraverbal.

Sin embargo, este proceso de toma de conciencia por parte del cerebro consume mucha energía. Cuando el neocórtex (y en particular el prefrontal) ha consolidado los instintos del cerebro reptiliano, al tomar conciencia de su relación con otra persona durante cierto tiempo, su satisfacción le lleva a reducir su atención. Así puede concentrar sus esfuerzos y su energía en otras tareas. Se trata, pues, de un trabajo en equipo de las 3 partes de nuestro cerebro: la confianza, esencial para nuestra supervivencia, puede ser instintiva, pero también consciente y, por tanto, desarrollada.

Confianza: ¿las claves de un círculo virtuoso o vicioso?

El ser humano sólo existe a través del entorno en el que se desenvuelve. La visión sistémica nos permite comprender cómo interactuamos con nuestro entorno. Nuestra percepción del mismo desencadena una representación en nuestro cerebro, que a su vez desencadena reacciones emocionales y fisiológicas, que a su vez desencadenan nuestros pensamientos, lenguaje y comportamiento.

Esto repercute en nuestro entorno y en nuestras relaciones con los demás. Este círculo vicioso o virtuoso se aplica del mismo modo a la confianza. La confianza en uno mismoayuda a desarrollar la confianza que se da a los demás, que a su vez alimenta la confianza que se recibe de los demás, que a su vez alimenta la confianza en uno mismo… y así sucesivamente.

Confianza sana

Los sesgos cognitivos, que actúan como filtros entre la realidad y nuestra interpretación de ella, pueden llevarnos a tomar decisiones equivocadas. Cuando se trata de confianza, elegir mal puede ser sinónimo de decepción o incluso de traición. La confianza ingenua o consolidada se rompe entonces, a menudo irremediablemente. Desarrollar la capacidad de confiar es un arte que hay que manejar con tacto si queremos permanecer en una zona de confianza sana: ni demasiada ni demasiado poca. Evitar la desconfianza o, por el contrario, la arrogancia es una habilidad que puede desarrollarse tomando conciencia de nuestros estados y de la forma en que percibimos a los demás.

Confianza en el coaching

Gracias sobre todo a herramientas de coaching como el autoconocimiento, la autoestima y las relaciones interpersonales, podemos actuar sobre nuestro empoderamiento individual y nuestra confianza colectiva. Aunque el cerebro prefiere lo que ya conoce y desconfía de lo que desconoce, su plasticidad abre la puerta a la posibilidad de crear nuevos surcos neuronales (sinapsis) y aprender a construir nuevas relaciones. relaciones de confianza con los que nos rodean y que necesitamos que actúen.

«Las organizaciones ya no se construyen sobre la fuerza, sino sobre la confianza». Peter Drucker en El directivo eficaz.

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👉 Si tienes curiosidad por saber más sobre la importancia de la confianza en la postura directiva, echa un vistazo a la charla de Éric Chabot, cofundador de Startrust.

Fuentes :

https://www.cairn.info/revue-des-sciences-de-gestion-2009-5-page-61.htm

Une affaire de neurobiologie, Nadia Medjad, Inflexions 2022/3 (nº 51), páginas 167 a 175 https://business.lesechos.fr/entrepreneurs/efficacite-personnelle/0601518360079-pitch-seduire-les-trois-cerveaux-331070.php

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